El diamante Esperanza, el más valioso jamás descubierto en EE. UU., se encontró en el Parque Estatal Cráter de Diamantes, en Arkansas. Sin embargo, el descubrimiento de esta excepcional gema fue solo el comienzo de su camino.

Con la ayuda de miembros expertos de la American Gem Society, este raro hallazgo se transformó en una obra maestra, asegurando su extraordinaria procedencia y consolidando su lugar en la historia estadounidense.

LA TRANSFORMACIÓN

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DESCUBRIMIENTO

El Parque Estatal Cráter de Diamantes en Arkansas es un destino público único donde los visitantes, a cambio de una tarifa, pueden buscar y conservar los diamantes que encuentren.

En junio de 2015, Brooke Oskarson, de Colorado, desenterró allí el extraordinario diamante Esperanza de 8,52 quilates. Esta gema se ubica como el quinto diamante más grande jamás encontrado en el parque. Llamada Esperanza en honor a su sobrina y a la palabra española para "esperanza", representa un profundo símbolo de rareza y belleza.

La historia de Esperanza subraya el atractivo y los posibles descubrimientos que esperan a los visitantes de este parque único, reforzando su importancia como destino de primer nivel para los entusiastas de los diamantes.

CONECTANDO

Como el quinto diamante más grande encontrado en la historia del parque, el diamante Esperanza ya tenía un significado increíble. La visión de Brooke para preservar y realzar esta gema la llevó a buscar la experiencia de los profesionales de la American Gem Society .

Desde Neil Beaty en Colorado hasta Laura Stanley en Little Rock, una red de joyeros y gemólogos apasionados unió fuerzas para celebrar la rareza de este tesoro estadounidense. Con la llegada de Stanley, el viaje del diamante progresó.

CREANDO ESPERANZA

Tras ser clasificado como un diamante de color D, Tipo IIa, sin defectos internos —un nivel de pureza casi inaudito—, el verdadero potencial de Esperanza aún estaba por revelarse. La transformación se produjo en las hábiles manos de Mike Botha, maestro tallador de diamantes.

Durante un evento de corte en vivo en Stanley Jewelers, Botha pasó 180 horas meticulosas creando una nueva forma, la "triolette", para resaltar la transparencia y el brillo incomparables del diamante.

Este diseño preciso redujo el diamante a 4,605 ​​quilates con 147 facetas deslumbrantes.

ESTABLECIENDO ESPERANZA

Pero el viaje del diamante Esperanza estaba lejos de terminar. Ian Douglas, de Inspired Jewellery, imaginó un colgante impresionante para albergar esta extraordinaria piedra.

Él conceptualizó un colgante que suspendía el diamante en el aire, con elegantes curvas de platino que se asemejaban a gotas de agua, acentuadas con DIAMANTES SIRIUS STAR® más pequeños.

Finalmente, Byard F. Brogan , un reconocido fabricante de joyas de Filadelfia, dio vida al diseño.

El resultado fue una obra maestra de artesanía, una expresión artística digna del excepcional diamante Esperanza. Hoy, esta combinación de habilidad y pasión refleja el encanto imperecedero de una de las gemas más extraordinarias de Estados Unidos.

CREANDO ESPERANZA

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CUBRIENDO LA ESPERANZA